«Creando Realidades»

 

Hace un tiempo me visitó  en  mi Estudio Jurídico un cliente que me traía un regalo. Me dijo que había esperado mucho tiempo que su árbol preferido diera “flores de madera” y que pensaba que unas de las personas que podrían valorarlas sería yo. Me entregó un ramo muy bello de flores de madera. Imagínense lo que sentí al verlas, porque realmente era un ramo de flores magnífico, las flores tenían una forma delicada y se abrían en cuatro pétalos, parecían artesanales o más bien una obra de arte.

Lo más fascinante de la entrevista fue la historia que me cuenta del árbol de las flores de madera. Según su relato una señora de origen indígena, oriunda de Corrientes, Argentina a la que había ayudado a resolver una problemática personal,  en agradecimiento le regaló unas semillas  de un árbol de su pueblo que daba flores de madera. También le dijo que el árbol demoraba unos ocho años en florecer.

Este buen hombre plantó las semillas en tierra fértil y pronto vio aparecer una planta que con el correr del tiempo se transformó en un bello y frondoso árbol donde anidaban pájaros y servía de sombra a su jardín. A medida que pasaba el tiempo se olvidó de la mujer y su relato, y como amaba aquel árbol lo cuidaba con esmero. Un día tuvo la increíble sorpresa de ver en el árbol “flores de madera”. Maravillado abrazaba el árbol y  agradecía  por el regalo incomparable que había recibido.

Según su relato estuvo varios días contemplando su árbol y me dijo con ojos emocionados: “estaba tan maravillado ante tanta belleza que sólo pensaba en compartirla con quienes la supieran apreciar, porque creo que es todo un éxito que mi árbol haya dado flores de madera, más aún cuando su procedencia es de un clima más caliente y más propicio que el nuestro, por lo que es un verdadero milagro.”

La reflexión de este hombre del relato me recuerda al éxito personal, que aparece un día y nos transforma la vida. Cuando ese buen hombre casi se había olvidado de las “flores de madera” porque estaba fascinado con el árbol  de su jardín, aparece la magia y se produce el milagro mostrando toda la belleza de la creación.

Así es el éxito; si creemos  que todas las posibilidades están para que nosotros las manifestemos y nos abocamos a regar nuestras acciones con buenos pensamientos y sentimientos positivos, disfrutando de la belleza del proceso creativo en todo lo que realizamos,  el día menos pensado se produce la magia y el éxito se manifestará en nuestras vidas, como el milagro de estas “flores de madera” que se dejaron ver ante la perseverancia y amor que aquel buen hombre le prodigara a su árbol durante tanto tiempo.

 

Elida Bentancor

EL MILAGRO DEL EXITO

 

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